miércoles, 11 de febrero de 2009

“LA HUMANIZACION DE LA EDUCACION”

Introducción

Con el presente ensayo, invito a la reflexión del actuar del magisterio actual y no para una educación futura, sino para entender la forma en que actualmente se imparten clases, soslayando el factor humano, condenándolo al nimio carácter de robot. De ser solo un receptor almacenador de ideas de su emisor sin derecho alguno de interpelar sobre sus necesidades, que como ser humano posee y con todas sus complejidades.


Comprensión: el camino hacia el aprendizaje

En términos de globalización el conocimiento no necesariamente se da cuando se emite una información, porque para que esto ocurra deben incidir algunos factores tales como, la nacionalidad, el idioma, el grupo social, nivel económico etc.
Desde el punto de vista de un país una problemática no puede ser tratada o comprendida de la misma manera que en otra, puesto que las situaciones aunque iguales, el entorno que las confluye es totalmente distinto.
Desde la perspectiva política, quizás se ha moderado el uso de los discursos tan rimbombantes, que pocos son, quienes los entienden, demeritando el discernimiento o comprensión del grueso de la población.
El discurso de un médico difiere totalmente al de un obrero, por lo que el médico a la hora de emitir un diagnóstico, este debe ser claro, preciso y comprensible a su interlocutor.

Edgar Morin (1999) afirma que:
Hay dos comprensiones: la comprensión intelectual u objetiva y la comprensión humana intersubjetiva. Comprender significa intelectualmente aprehender en conjunto, com-prehendere, asir en conjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo múltiple y lo individual). La comprensión intelectual pasa por la inteligibilidad.

La comprensión intelectual u objetiva se basa en las explicaciones dadas a partir de los resultados arrojados de una metodología de investigación y en donde se proporcionan explicaciones y argumentaciones convincentes del tema en cuestión.

A diferencia de la comprensión intelectual objetiva, la comprensión intersubjetiva va más allá de una explicación. La comprensión intersubjetiva necesita apertura, simpatía, generosidad Morin(1999). Pero esto solamente se logra cuando se tiene conciencia de la realidad del destinatario o lo que bien podría decirse “ponerse en los zapatos del receptor”, remitiéndonos nuevamente a Edgar Morin (1999) la comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana es decir que sin la comprensión la comunicación no tendría sentido.
La incomprensión ha dado origen a problemas tanto verbales como bélicas entre países entre etnias por diferencia de creencias, entre familias y dentro del núcleo familiar dando lugar a disgustos, separaciones etc. Por otro lado conduciéndonos al terreno educativo, que pasa con el magisterio ¿realmente comprende a sus alumnos?.

El proceso de enseñanza-aprendizaje ha sido por años robotizada e incluso desde antes que existieran las computadoras, deshumanizando totalmente al alumno, olvidando que cada alumno es un ser social complejo con inquietudes, necesidades físicas, opiniones, dificultades de aprendizaje.

Sacando a colación una anécdota; cuando me inicié en el terreno del magisterio a dar clases (realmente hace poco tiempo), uno de mis alumnos de tercer grado me llamó en particular la atención por su alto grado de hiperactividad, los primeros días en donde se esta conociendo al grupo y en donde mi muy particular punto de vista, no se puede ser tan reacia porque esto lejos de dar apertura por parte de los alumnos solo busca retraerlos mas, era difícil para el niño permanecer sentado y trabajar en equipo con el resto de sus compañeros, me tomé a la tarea de buscar información sobre la forma de manejar a estos niños. Sin necesidad de regaños y bochornos frente a sus compañeros (metodología muy usual entre los maestros), apliqué ciertos consejos para lograr captar su atención y lograr que hiciera su tarea de por si ya muy atrasada. Mi satisfacción más grande fue que lo logré, no únicamente a que acreditara la materia, sino a que se sintiera a gusto y aprehendiera.

Y como la anterior anécdota, todos los días se presentan niños que sin considerarse discapacitados, tienen una discapacidad menor que no se puede soslayar, tales problemas como: la disfasia, dislexia, déficit de atención, hiperactividad etc.

Pero volviendo al tema de la comprensión y de acuerdo con lo establecido por Sancho Gil (s.f. cit. en Sonia Nieto 2003) recoge los relatos y experiencias de un conjunto de docentes experimentados que siguen trabajando en contextos de pobreza, además de evidencias de la investigación que muestran que:

• Una buena enseñanza puede superar la pobreza y otros males sociales y significa una enorme diferencia a la hora de promover o impedir el logro del alumnado.
• Lo que el profesorado sabe y hace es una de las influencias más importantes en lo que el alumnado aprende.
• El logro del alumnado en lectura, escritura y lengua está relacionado con las destrezas pedagógicas del profesorado.
• Si todo el alumnado tuviese acceso a un profesorado de calidad, la brecha del fracaso escolar se reduciría a la mitad.
• El alumnado que abandona la escuela dice que uno de los factores que podrían haberlo impedido es un adulto en la escuela que los conociese bien y que se preocupase por ellos.
• La queja más grande de los estudiantes es que en la escuela nadie se preocupa por ellos.


Antropoética: ciencia o ficción

Los puntos mencionados en el segmento anterior deberían ser ideales de tomar en cuenta, a la hora de impartir clases, pero esto suena a color de rosa, porque estando frente a un grupo de 35 niños resulta realmente difícil por el factor tiempo ya que se debe de cumplir con un programa establecido en un tiempo determinado, aunado a esto, las luchas sindicales, que, lejos de favorecer la educación deja en claro actitudes retrógradas del magisterio que pretenden enseñar valores sin llevarlos a la práctica.

Todos los días estamos obstaculizándonos los unos a los otros entre maestro-maestro, maestro-director, maestro-alumno, producto de la plaga egocéntrica que lejos de ayudarnos a levantar la zaga educativa nos hunde más en el fango de la mediocridad.

Aplaudo la labor del maestro comprometido, con ética, con profesionalismo, cuya labor es ardua y se labra todos los días a cincelazos. El estar conciente del compromiso que se tiene de ser formador y guía obliga a llegar a la antropoética, que para mi muy particular punto de vista, si bien el termino puede ser nuevo, siempre ha estado ahí, oculto, esperando que alguien hago uso de él y que solo unos cuantos con alta conciencia del sentido humanitario que tiene la educación, han sacado provecho, quizás ese mérito no ha sido condecorado, pero la satisfacción de haber entendido al alumno es de un precio inmensurable.

La antropoética también nos obliga a darle el mérito y el honor a quienes lo merecen, olvidándonos del afán de autovanagloriarse por lo logros de los demás, sin darles el crédito que les corresponde, “robando” trabajos investigativos, que de antemano sabemos que costo tiempo, dinero y esfuerzo en hacerlo, como bien lo menciona Rojas(1992) el hecho de plagiarse los planteamientos de un autor constituye un acto de deshonestidad intelectual ya que, por un lado, no se proporcionan los créditos a los autores cuyos libros, artículos o documentos o artículos, utilizamos para desarrollar nuestras propias ideas; debe señalarse que no basta incluir en la bibliografía a los autores consultados; es necesario citarlos cuantas veces recurramos a ellos. ¿Qué no es mejor, aceptar con humildad nuestros logros?, ese es el camino hacia el buen aprendizaje, si, estoy hablando de aquel ¡que nunca se olvida!.

Es hora de que el hombre, piense por el hombre, que todo su actuar lleve al bienestar social desde el punto de vista biológico, político, económico, educativo, medio ambiente. Lejos de intereses personales que solo han llevado a la destrucción del hombre, por el hombre mismo. El único que se beneficia o se perjudica con su actuar es el hombre mismo y si el término hombre y humanización queda muy lejos, hagámoslo por nosotros mismos y nuestras familias, al final solo diremos ¡valió la pena intentarlo!.





Referencias:
Morin E. (1999). “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”.Correo de la UNESCO.

Sancho J.(s.f.). “Hacia la escuela del futuro desde transformación de la del presente”. Recuperado el 05 de febrero de 2008 de: http://www.cecace.org/docs/Juana_1.pdf

Rojas R.(1992). “Formación de investigadores educativos”. México: Edit. Plaza y Valdés.




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